Real Madrid Barcelona1

El liderazgo de la Champions

José Ramón Luna Cerdán

En muchas ocasiones se utiliza el deporte como ejemplo para ilustrar comportamientos, habilidades y situaciones que se pueden aplicar al ámbito de la empresa. Liderazgo, trabajo en equipo, misión, valores y muchas otras cuestiones son manejadas, muy frecuentemente, de forma excelente en el ámbito deportivo.

El deporte nos enseña cómo resolver conflictos, como plantear estrategias, como coordinar esfuerzos o como obtener resultados importantes en un espacio de tiempo limitado. Sin embargo, en ocasiones, del deporte extraemos también conclusiones interesantes de lo que no se debe hacer en una empresa.

Es sobre esto sobre lo que quiero plantear una reflexión y para ello tomaré como modelo algunos comportamientos que se pudieron observar en el último partido de fútbol de la Champions League entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona el pasado 27 de abril.

Durante el partido se vivieron momentos más o menos intensos, comportamientos más o menos elegantes, planteamientos estratégicos diferentes y decisiones que algunos consideran acertadas y otros quizás no tanto. Tarjeta roja a Pepe, simulacros excesivos de falta, tanganas en el banquillo, etc. Es cierto que fue un partido polémico y que dará para tertulias, conversaciones, disertaciones e, incluso, discusiones para mucho tiempo. En cualquier caso, el partido terminó y … enhorabuena a los premiados!. Lo verdaderamente importante es lo que podamos aprender del encuentro.

Y, en esta ocasión, el deporte también nos enseña algo que aplicar en el mundo empresarial y de las organizaciones. Sin embargo, bajo mi punto de vista, se trata esta vez de algo negativo. El partido y el post partido nos enseñaron algunas cosas de las que “no hay que hacer” cuando se quiere conseguir un liderazgo efectivo y eficaz. Y esto tanto en el ámbito deportivo como en el empresarial.

Ser el líder de un equipo implica una serie de funciones, comportamientos y responsabilidades  que no se pueden violar si pretendemos ejercer realmente como “grandes líderes”. La persona que está al frente de un equipo tiene que ser guía, ejemplo, estratega y un excelente gestor de las relaciones humanas, tanto dentro como fuera del equipo. Un líder tiene que tener visión a largo plazo y saber que “un partido es simplemente una parte de la competición, no la competición en sí”. La visión es la que tenía Napoleón cuando dijo “Habré perdido una batalla pero no la guerra”

El pasado día 27, en mi opinión, uno de los dos entrenadores no ejerció sus funciones ni asumió sus responsabilidades de manera plenamente responsable. Y, para más inri, es el entrenador del equipo del que soy más seguidor. Y digo esto porque un líder es más necesario cuando el equipo está pasando por una fase baja por lo que no puede permitirse el lujo de que le aparten del equipo justo en ese momento. Es más, en la próxima confrontación el próximo 3 de mayo en la que el equipo ya sí que se juega el todo por el todo, el líder no estará en su posición como consecuencia del comportamiento en el partido pasado. Y, ¿ahora qué?, ¿cómo guiará entonces a un equipo que le necesita más que nunca?.

El liderazgo implica tomar decisiones responsables evaluando las consecuencias para el equipo y el proyecto en su conjunto y, bajo mi punto de vista, las consecuencias del conflicto en el que entró libremente este entrenador, no fueron evaluadas adecuadamente.

No juzgo si era justa o injusta la situación que se vivía puesto que aquí sí que podríamos hablar mucho tiempo y además habría opiniones diversas, pero en todo momento el líder debe tomar sus decisiones en función de las consecuencias para el equipo y para los objetivos perseguidos, no por consideraciones personales y tolerando al máximo la presión.

El líder ha de tener capacidad de aguante porque el entorno es hostil en muchos momentos y en cualquier faceta. Pero, por encima de todo, el líder tiene que estar con el equipo para ejercer sus funciones de guía.

Esta situación nos puede servir para adaptarla al ámbito de una empresa. ¿Te imaginas que el director general o el director comercial se aleje de escena en el momento en que la compañía pasa por una mala racha?. El mundo de los negocios es turbulento. En muchas ocasiones, las decisiones tomadas por gobiernos o los movimientos de la competencia nos ponen en situaciones complicadas y no siempre el entorno es justo con nosotros.

Sin embargo, es precisamente en estas ocasiones cuando destacan los grandes líderes. Directivos y empresarios se ponen al frente de sus equipos, plantean estrategias y toman decisiones para moverse en el entorno. Decisiones pensando siempre en el equipo y en el proyecto y, por supuesto, ellos al frente en todo momento. Es más, en muchas ocasiones, cuando algo va mal, los líderes de mayor nivel son los primeros que “caen” en la batalla pero cuando se hunde el barco, el capitán es el último que lo abandona.

José Ramón Luna Cerdán
Socio Director
http://www.desafiocoaching.com/
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