Liquidacion Cierre

Una reflexión sobre el papel de las Organizaciones Empresariales hoy

José Ramón Luna Cerdán

Hoy día 16 de julio ha sido la Asamblea General de CEIM – CEOE (la patronal empresarial madrileña). Aunque este año no he podido asistir, he tenido tiempo para reflexionar unos minutos sobre el papel de las organizaciones empresariales en momentos difíciles como el actual.

A pesar de los escándalos financieros y no financieros, de las noticias sensacionalistas de la prensa, de la llegada del verano y de otras “nubes” que se interponen en nuestra visión, los empresarios no tenemos ninguna duda de que el tema fundamental es que: “seguimos en una crisis profunda”. Es más, la situación ha ido empeorando desde 2008 hasta aquí. Cinco años de un camino difícil, no solo en el terreno económico, sino también en el social.

Estar en crisis, para un empresario supone una disminución de sus ventas, en ocasiones de forma dramática, supone verse obligado a prescindir de parte de su personal, supone carencias de liquidez para abordar nuevas inversiones y, por supuesto, supone tener que reducir los costes de suministros.

En definitiva, una clara pérdida de la competitividad y una elevación del riesgo de cerrar.

Y esto no le pasa solo a un empresario, sino que si pasas por un polígono o por una reunión de empresas y vas preguntando ¿qué tal?, escucharás frases del tipo “bien o te cuento”, “bueno, sobreviviendo”, “tirando”, “podía estar mejor” o, simplemente, “mal”, “fatal” o “hasta …”.

Pero que le pase a todo el mundo no es un consuelo para el empresario. Aquí no vale el “mal de muchos, consuelo de tontos”, más aún cuando esa pérdida de competitividad le puede llevar a cerrar un negocio en el que ha invertido gran parte de su tiempo y sus recursos. Gran parte de su vida.

Ante esta situación, aunque el empresario es consciente de que su destino depende fundamentalmente de él mismo,  es necesario poner en marcha acciones de ayuda y apoyo al sector de forma inmediata. Y esto es labor de las Administraciones e Instituciones, de los Sindicatos, de las Universidades, de las propias Empresas y de las Organizaciones Empresariales. Todos trabajando en conjunto para un mismo fin: el reimpulso de la economía. Bonito, ¿verdad?.

Independientemente del resto de agentes, las Organizaciones Empresariales tienen ahora una muy buena oportunidad de reforzar su importante papel en un momento en el que, con mucha frecuencia, se pone en duda su verdadera utilidad.

Es momento de repensar la Misión, la forma de aportar realmente valor, los procesos de funcionamiento, los mecanismos de acercamiento al empresario y, sobre todo, es momento de redefinir los Valores y Principios Corporativos para transmitir al empresario la seguridad y la confianza de que la Asociación está por y para defender sus intereses. El empresario necesita hoy, más que nunca, confiar en sus asociaciones. O eso o, ¿para qué las Asociaciones?.

José Ramón Luna Cerdán
Socio Director
http://www.desafiocoaching.com/
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